Desde hace ya un par de años atrás, en nuestro país se está empleando una tendencia que es cada vez más fuerte: “pagar” un terreno con futuros departamentos que allí se edificarán. A pesar de que no se trata de una corriente totalmente nueva, en este año dicha estrategia se consolida como una accesible solución para continuar invirtiendo en el mercado de la construcción.
El trato entre el dueño del terreno y quien vaya a edificar en él sería, por ejemplo, que si un espacio se cotiza en 100.000 dólares, el inversionista ofrece pagarlo con 3 departamentos (suponiendo que entre todos alcanzan esa cifra). Una alternativa es pagar una parte en efectivo y la otra con el futuro inmueble.
Los motivos principales son los de siempre: cepo al dólar, dificultad para acceder a grandes montos de dinero, desconfianza por parte del vendedor ante una posible financiación. Otra motivación para que el comprador acceda a este tipo de transacción es la inseguridad social y económica del país: adquirir efectivo en grandes cantidades no solo supone un riesgo de seguridad personal sino también de que dicho dinero pierda valor con el correr de los meses. De esa manera, un departamento acompañaría la inflación del país.
Hoy en día, la mayoría de las transacciones con fines edilicios en Buenos Aires ya se están llevando a cabo con este tipo de “canje”, aunque siempre la negociación es mucho más compleja y extensa que si simplemente se estuviera entregando el dinero. El precio acordado del departamento es, casi siempre, un intermedio entre el costo y el precio de venta terminado. Por supuesto que esto siempre está sujeto al beneficio de ambas partes.
¿Qué futuro le ves a esta tendencia? ¿Creés que vaya a adquirir mayor protagonismo en Córdoba, como ya lo tiene en CABA? Dejanos tu opinión.
Fuente imagen Building Construction por ?CubaGallery